El vino enamorado
29 abril 2009 22 comentarios
Unas semanas después de haber empezado las clases mis hijos, me encontraba haciendo tiempo en el café de la esquina del colegio para que saliera Paula de su adapatación (se llama asi «Café de la esquina», sin complicaciones, y con el nombre que de alguna u otra manera sería llamado) . Con café en mesa me puse a leer el diario Clarín, y llegué a alguna sección en la que había un poema que me encantó. Pensé en llevarme la hoja, pero me daba «cosita», asique pensé en comprármelo después, porque realmente me había gustado… Nunca llegó ese después, obvio. Y lo lamenté.
Y teniendo un minuto libre, recién me puse a googlearlo, a ver si lo encontraba. Probé de todo, hasta que está combinación me dió el primer premio a la perseverancia: site:clarin.com vino 2009 letra y musica
Y ahí me enteré que no era un poema, sino un tango.
He muerto amor y muerto me reencarné en tu vino.
Bebete vos mi cuerpo, renaceré en tu alma.
Qué sobrehumanamente ¡por Dios! ya muerto y vivo,
te esperará mi alma caliente en cada copa.
Regreso de la nada trajeado de racimos,
tangueando entre los duendes de la bodega absorta,
allí donde los dioses lo encurdan al destino
y aprendo a ser tu vino, de pie sobre tu boca.
No me llorés… ¿no ves que voy contigo?
varón de alcohol disuelto tras tu piel,
fiebre en tus éxtasis y mimo en tus desvelos,
no llorés que así te quiero
como nadie quiso antes.
No me llores…
¡bebeme! soy tu vino,
y con mi cuerpo innumerable te amaré,
pájaro líquido en la cumbre de tu carne,
ya somos uno…
mi amor, besame…
de vino, soy tu vino fanático de vida.
Revivo por la hermosa catástrofe de amarte
ya muerto, y muerto te amo, chorreando amor, querida:
¡qué escándalo de labios que voy a provocarte!
Nos barajó el misterio la dicha que no había
de fermentarme entero y ser tu mar de amantes;
desciendo a tus aljibes incógnitos de mina
y embriago una por una las bocas de tu sangre.
Ay, amor, renazco en vino enamorado y,
alma mía, te emborracho
de alegría, de alegría.
Tango: El vino enamorado. Letra de Horacio Ferrer y música de Héctor Stamponi.
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