El vino enamorado

Unas semanas después de haber empezado las clases mis hijos, me encontraba haciendo tiempo en el café de la esquina del colegio para que saliera Paula de su adapatación (se llama asi «Café de la esquina», sin complicaciones, y con el nombre que de alguna u otra manera sería llamado) . Con café en mesa me puse a leer el diario Clarín, y llegué a alguna sección en la que había un poema que me encantó. Pensé en llevarme la hoja, pero me daba «cosita», asique pensé en comprármelo después, porque realmente me había gustado… Nunca llegó ese después, obvio. Y lo lamenté.

Y teniendo un minuto libre, recién me puse a googlearlo, a ver si lo encontraba. Probé de todo, hasta que está combinación me dió el primer premio a la perseverancia: site:clarin.com vino 2009 letra y musica

Y ahí me enteré que no era un poema, sino un tango.

He muerto amor y muerto me reencarné en tu vino.


Bebete vos mi cuerpo, renaceré en tu alma.

Qué sobrehumanamente ¡por Dios! ya muerto y vivo,
te esperará mi alma caliente en cada copa.

Regreso de la nada trajeado de racimos,
tangueando entre los duendes de la bodega absorta,
allí donde los dioses lo encurdan al destino
y aprendo a ser tu vino, de pie sobre tu boca.

No me llorés… ¿no ves que voy contigo?
varón de alcohol disuelto tras tu piel,
fiebre en tus éxtasis y mimo en tus desvelos,
no llorés que así te quiero
como nadie quiso antes.

No me llores…
¡bebeme! soy tu vino,
y con mi cuerpo innumerable te amaré,

pájaro líquido en la cumbre de tu carne,
ya somos uno…
mi amor, besame…
de vino, soy tu vino fanático de vida.

Revivo por la hermosa catástrofe de amarte
ya muerto, y muerto te amo, chorreando amor, querida:
¡qué escándalo de labios que voy a provocarte!

Nos barajó el misterio la dicha que no había
de fermentarme entero y ser tu mar de amantes;
desciendo a tus aljibes incógnitos de mina
y embriago una por una las bocas de tu sangre.

Ay, amor, renazco en vino enamorado y,
alma mía, te emborracho
de alegría, de alegría.

Tango: El vino enamorado. Letra de Horacio Ferrer y música de Héctor Stamponi.

Bajo agua

La gente que va a nadar los findes de semana es bastante peculiar.
Mientras me calzaba la gorra y las antiparras, chusemeaba en que andarivel me iba a sumergir; dos estaban copados por una clase de buceo, otro por una clase de natación, un cuarto por dos señoras mayores que hacían la plancha y apenas pataleaban y quedaban dos o tres…
Me decidí por uno que había dos muchachos fornidos. Uno estaba papando moscas en lo playo y el otro estaba con manoplas «dele que dele». Esperé que llegara al otro lado y ahí comencé.
¡Qué placer el agua fresca con el calor que reinaba en Baires!
Iba haciendo unos largos en pecho de entrada en calor, cuando sentí un golpe en el pie, mi musculoso compañero de andarivel, al querer pasarme me había dado con algo de su anatomía. Me descolocó tanto que tuve que frenar, mientras él seguía lo mas tranquilo, sin inmutarse, y yo me quedaba «mordiendo el polvo» (aunque quedaría mejor por el contexto «tragando agua»). Cuando llegué al otro lado, me saqué las antiparras y resoplé para sacarme la mufa. Recién cuando nos volvimos a encontrar en la otra punta, se dignó a balbucear un «¿te golpeé recién?» se ve que como ve vió ahí parada, le agarró cargo de conciencia. Intercambiamos un par de palabras mas y la cosa quedó así. Seguí nadando un rato mas y me fui a tomar sol. Por este tipo de cosas es que me gusta ir a nadar a las 10 de la noche, cuando somos tres gatos locos.
En eso andaba, cuando veo en una de las líneas una mujer bastante mayor (y lo digo yo, que bien mayorcita ya soy) enfundada en una malla super-pro nadando a toda velocidad, en línea a ella, otra que venía nadando tipo mantis religiosa, era como estilo pecho pero cuando los brazos se juntaban lo hacía como si estuviera rezando, y todo esto con hecho tipo cámara lenta. Era digno de ver.
Atrás de ellas, aparece una mujer, que en vez de gorra de natación, traía una gorra de plástico transparente como las que ponen en los hoteles; me fijo mejor y también la cara estaba toda embadurnada en pantalla solar de esa que te queda la piel blanca… Y venía nadando sin meter la cabeza en el agua, ¡era un show! Pero lo mejor (o peor) vino unos minutos después, cuando apareció otra igual, misma gorra, mismo ungüento en la cara…
Seguía riéndome de eso (era inevitable) cuando las dos muy orondas, salen de la pileta y van caminando hacia…. ¡dos mas que venían igual! ¡era la reunión anual de las nadadoras esotéricas! y si no era esto, no se… no se me ocurre otra cosa.
Siguió la tarde, en medio de personajes salidos de algún cuento, entonces me miré yo, por las dudas.

Camino por el filo de mis emociones, girando la llave del sentido de la vida

Los compases de espera, hay veces que suelen ser monótonos, aburridos y hasta intransitables. Pero, cuando se vislumbra un objetivo posible, se pueden llegar a tomar con calma, con simple resignación.

Este año fue un poco asi, esperando… por momentos no sabía bien que, o por tener tantas cosas esperables, terminaba perdiéndome y anudándome. Como esos ricos caramelos que mi viejo una vez me trajo de Tucumán: los alfeñiques. Duritos, dulces y anudados, así los recuerda mi memoria elefantiásica. Son caramelos de azúcar de caña —si no recuerdo mal—, con un saborcito muy pero muy particular. Pero yo, que por momentos, soy añoranza pura, traigo a mi presente ese sabor tan de mi infancia, aunque creo que una sola vez mas los volví a comer.
Como los caramelos media hora (que siempre intentaba comer, pero nunca logré pasar de probarlos y escupirlos) o esas gallinitas de azúcar con almíbar adentro… Huy, cuántos recuerdos, pero me fui por las ramas, para variar, hablaba de mis esperas.
Aunque también podría hablar de esas cosas que no esperaba, y sin embargo llegaron igual, para alegría de la que teclea y escribe.
Por suerte la vida, siempre tiene un as en la manga para mejorar la partida.

Qué sentimental que me puse, cosa que no es rara en mi, otra vez voy a intentar llegar al punto donde quería, que es un poco el tema de este blog (solo un poquito, que a mi el off-topic me atrae como la canela a la manzana).

Cuando todavía no había logrado salir de mis “lesiones” emprendí la búsqueda de un objetivo, algo que me llenase (o que esperaba que me llenase, al terminar), y las cosas se fueron dando y terminé anotada en una carrera épica como es La Misión, con la que me fui mas que entreteniendo a lo largo del año buscando y rebuscando información, los elementos obligatorios, los necesarios, los por las dudas; refinar pesos, tamaños; pavear un poco entre toda la banda que vamos, hablando hasta de las diversas cremas para paspaduras… Intentar aprender algo de orientación. Entrenar —o intentar hacerlo—, acá me podría detener un poco, que mis pseudos entrenamientos fueron de lo más sui géneris por donde se lo mire, y no porque haya estado musicalizado por aquel grupo que comandaba Charly García, no, mas bien porque de correr ni hablar hasta hace unas semanas, en las que poco a poco fui sumando algunos kilómetros semanales hasta llegar a esta que pasó, que logré hacer 40 km. Todo un logro. Aunque nunca, desde el 4 de junio que comencé con mis ejercicios de fortalecimiento, dejé de hacer estos y complementando con bici y natación. Piernas, piernas y mas piernas y ya que estaba, fortalecimos todo.

Hoy puedo decir: “el mes que viene, es LA carrera” y un frío me corre por la espalda de solo pensarlo.

si, hay cosas mas raras

Ayer había estado lloviendo en Buenos Aires, y se me ocurrió salir con Santu y Paula.

Hicimos media cuadra y paré un segundo para cerrar y encapuchar a los dos enanos, ya que había una garuita finita que molestaba. Cuando estaba en este menester, se me acerca un hombre de unos 45 años, demasiado bien vestido para el día que hacía y con unas carpetas en la mano, y me dice “hola, puedo molestarte un momento”, le contesté que si mientras seguía cerrando la campera de Paula, y me preparo para escuchar alguna venta de algo y para pararlo en seco y así poder seguir caminando. Pero no, me cuenta que está que haciendo un curso de no-se-que-cosa y que se había puesto el desafío personal de acompañar a un desconocido con el paraguas unas cuadras, como forma de “ayudar a un extraño”.
Era medio raro todo, pero como no me afectaba mucho porque era caminar por la calle le dije “ok, voy acá a la vuelta, a la parada de colectivo” y fuimos para allá. En el camino me contó que se sentía muy bien ayudar a la gente, y bla bla bla. Santu se reía y hacía morisquetas desde abajo y yo me reía por dentro por la situación un tanto “bizarra”.
Llegamos a la parada, nos saludamos y se volvió sobre sus pasos.
Fue bastante snob todo, aunque es verdad que hay que juntar coraje para acercarse a un desconocido y ofrecerle acompañarlo con un paraguas. Fundamentalmente, porque caían cuatro gotas locas. Asi que me quedé con la duda si realmente era el ayudar a alguien el objetivo o, por ejemplo, alguien que tenía que saltar una barrera de timidez, o algo por el estilo.

Mobil

Dejame

Dejame encontrarte en una calle de cualquier ciudad. A cualquier hora estaría bien. Puedo deambular el mundo, si me decís que vas a estar. Mirar cada rincón sin ningún problema.
Si el premio es verte medio segundo, robarte una mirada y envolverte en un suspiro.

Ritmos

De repente me dí cuenta que venía cantando esta canción desde hace rato (si, cantando, no tarareando) y quise buscarla por google, porque no sabía ni como se llamaba, escribí «You fill up my senses » y cual fue mi sorpresa cuando ví que la canción se llamaba «Annie’s Song». Me hace acordar a mi adolescencia este tema, me la pasaba escuchando FM Horizonte… una radio que pasaba todos temas «morcilleros en inglés»… qué tiempos!Abrí You tube, para enontrarla, y apareció… asi que me puse a cantar a duo con John Denver, pero bueno, a lo último lo tuve que abandonar porque en castellano dejaba mucho que desear… él, no yo!
Por eso busqué esta otra versión, que fue la que finalmente dejé.

Hoy temprano hice cambios de ritmo en el óvalo:

3 de 3min x 1min
3 de 4min x 1:30
3 de 5min x 2min

Pero estaba cansada, y el último de 5 no lo hice, me dió fiaca, mucha fiaca!
Por otro lado, tengo encima la carrera del domingo, y no me siento confiada, ya decidí que la voy a hacer tranquila, pero igual… estrenaré correr con camel y me tiene medio preocupada, ya que no tuve tiempo de probar, será tirarme a la pileta, o mejor dicho, a las arenas…..

Cantemos todos….

You fill up my senses
Like a night in a forest
Like the mountains in springtime
Like a walk in the rain
Like a storm in the desert
Like a sleepy blue ocean
You fill up my senses
Come fill me again
Come let me love you
Let me give my life to you
Let me drown in your laughter
Let me die in your arms
Let me lay down beside you
Let me always be with you
Come let me love you
Come love me again
You fill up my senses
Like a night in a forest
Like the mountains in springtime
Like a walk in the rain
Like a storm in the desert
Like a sleepy blue ocean
You fill up my senses

Come fill me again

Desayuno en Tiffany’s

Perdón, perdón, en el Tortoni

Uno no tendría que esperar que venga gente de afuera, para conocer lugares tan hermosos y sobre todo, tan emblemáticos de Buenos Aires, como es éste café. Situado en la Avenida de Mayo al 800. ¡Qué lugar hermoso! con tanta historia metida en sus paredes.

Nos encontramos con Otto el aprendiz de mago y varias de sus simpáticas amigas venezolanas(finalmente, cuántos desencuentros…) a desayunar en una mañana un poquito fría. ¡Qué tirano es el tiempo! Pero por lo menos pudimos pasar un ratito y poner caras a los tantos comentarios entre blogs. Me regaló un pequeño librito sobre sueños, que me fuí leyendo cuando volvía en el subte para casa, con muchísimas frases y escritos sobre sueños…
Justo a mi, que soy una soñadora empedernida. Una preciosidad.

Y entre la votación y que Paula no deja de estar con fiebre, no salí a correr, quedó para tarea para mañana.
Vive tratando de realizar
muchas de las cosas
que siempre has soñado
y no te quedará tiempo para sentirte mal.

Richard Bach
Acá hay mas fotos del café!

Cúmulos

Ya se que uno no puede hacer nada ante la tremenda miseria que hay en el mundo, ni siquiera en nuestro país. Que es una utopía el pensar que «vamos a estar mejor», porque siguen pasando los años, los siglos y siempre hay personas que pasan hambre, frío, hostigamientos y enfermedades sin poder hacer nada.
Evidentemente es algo que viene con la raza humana.
Ya no me pregunto porque los gobernates de turno no hacen nada, porque se las respuestas, simplemente no les interesan. Para mi, que pasado cierto escalón, ya dejamos atrás todos los valores que podríamos haber tenido. Sino, como se explica que ante una terrible inundación, —que no hace falta irse tan atrás, hace unos meses veíamos por televisión como en la provincia de Salta sufrían por las crecidas de los ríos— y todos nos movilizamos para colaborar con la causa, en las escuelas se juntaban cosas para donar y mandar para allá. Una movida espectacular. Pero después, volvemos al ostracimo de quedarnos quietos ante la miseria que nos rodea.

Ayer cuando salí a correr, andaba por Figueroa Alcorta y cuando pasé por la callecita que viene después de Pampa —nunca se como se llama— en la parte de parque que hay entre la avenida y el lago, había un bulto «tirado» en el pasto. Al acercarme más, me dí cuenta que era una persona envuelta en una manta a cuadros blanca y negra, ¿qué es lo curioso de esto? que la temperatura que hacía en ese momento, diría yo, oscilarba entre 4º y 10º como mucho, o sea, hacía frío, eran las seis y media de la tarde y ya era de noche. Y lo más curioso de todo esto, era que antesdeayer, cuando había estado corriendo, estaba el mismo «bulto» en el mismo lugar. Y me puse a pensar, ¿será que está ahí desde el martes? ¿estará viva la persona? Pero no podía pararme a verificar todo esto, estaba sola, y no había casi nadie dando vueltas, y es sabido que los chorros tienen unos artilugios terribles para concretar sus fechorías, asi que no me animaba siquiera a acercarme.
Igual pensaba que durante el día, si hubiera estado desde hace dos días, alguien hubiera dado parte a la policía ¿no?

Seguía yo cabilando sobre el tema, y volviendo ya sobre mis pasos (o zancadas mejor dicho) cuando noto que no había nadie en el lugar ahora. Sigo unos 200 mts, y casi llegando a la bendita calle que no se su nombre, estaba el/ella, con la manta a cuadros sobre la cabeza siviéndose algo en un vaso, no veía bien porque estaba a unos 50 mts y estaba oscuro. No supe que hacer, plata no tenía, porque como era tarde no había salido con dinero por si me lo cruzaba a Miguel, y tampoco sé si le hubiera servido de algo que le de un par de pesos. Me dió una tristeza terrible. Pero ¿qué podía hacer? Me sentí una hipócrita mas formando parte de una sociedad que no le interesa demasiado el que tenemos al lado.
Sobre todo porque cuando concluí mis 11 km y pasé a buscar a Santi que estaba en un cumple, ya no me acordaba más de esta persona, y me tomé un café caliente totalmente lejos de todo lo que había vivido hace ¿15 minutos?

Por eso es que estamos como estamos, porque todos nos quedamos con demasiados «podríamos hacer».

Tango for Anita

No es una novedad que el tango está de moda, pero esta semana parecería que me anda atrás…
Por todos lados lo veo, lo siento. A mi me encanta, es más, cuando me da el tiempo, me escapo a la Viruta a tomar clases, pero muy de tanto en tanto me toca en suerte. Si hablamos de bailar, prefiero la milonga, es más divertida, mas movedengue…
Pero si el tema es escuchar, el tango me gusta más. Y de entre los tango, estoy enloquecida con el llamado «tango electrónico». Muchos dirán «eso no es tango» yo lo disfruto sabiendo que es una variante o lo que sea, pero lo mejor, es que lo disfruto.

En la Viruta se escucha mucho el grupo «Narcotango«, que es la banda tanguera de Carlos Livedinsky, no me extrañaría de que muchos de los amiguetes que visitan mi blog lo conozcan, porque empezaron este año una gira por toda Europa.
Tenía pensado dejar algunos temas en el sidebar, pero como los pasé del cd, me quedaron como wma y ninguno de los reproductores que pululan por la red me los acepta. Asi que dejo un videito ¡mucho mejor! hasta con baile….

Y, ¿qué me cuentan?

Desde el jueves que no salgo a correr, me tomé franco, medio obligatorio, medio no. Demasiadas cosas entre manos y para que no me agarre el «estresaso» fui siguiendo dócilmente la corriente… Y no me llevó hacia las correrías, aunque lo bueno, fue que tanto sábado como domingo me llevó hacia unas siestas de aquellas que hacen historia.
———————————————————-
La foto es de shawn koppenhoefer.